Túnez cuenta con una variada flora y fauna debido a la gran variedad de
microclimas con que cuenta y que van desde los desiertos arenosos,
pasando por lagos salados, hasta las zonas costeras con diferentes
islas.
En la zona del norte del país, sobre todo de la costa
oriental y septentrional, la flora es de tipo mediterráneo.
Entre las
muchas y llamativas plantas subtropicales se encuentran los hibiscus:
las buganvilias, los aromáticos jazmines, los cítricos, los olivos y las
vides.
En la sierra norte de Kroumir, se encuentran bellos bosques
poblados en los que crecen los redondos alcornoques y las grandes
encinas, mientras que en la zona de Mogod, crecen plantas típicas del
maquís como los helechos, los brezos y las retamas.
En la zona de
Tabarka predominan los bosques con árboles variados como los dules, los
álamos, los sauces y los helechos. En las regiones altas del Atlas
dominan sobretodo los enebros y los pinos de Alepo. En la zona cercana a
la capital y hacia el sur, hasta Nabeul y Hammamet, en Cabo Bueno,
predomina la variada y llamativa flora de cultivo como jazmines,
magnolias, geranios
viñedos, naranjos y limoneros.
En la zona
central, conocida como el Sahel, las bonitas palmeras datileras son la
imagen dominante. En la zona más occidental, hacia la frontera con
Argelia, predominan los valles cultivados de esparto, mientras que en
las regiones aledañas a Monastir y Sousse se dan los hibiscus, geranios,
jazmines y olivos.
En la zona sur, que comprende desde la región
de Gafsa hasta las fronteras con Libia y Argelia, el desierto comienza a
hacer acto de presencia. En la Isla de Djerba se pueden contemplar las
largas palmeras y una gran variedad de arboles entre los que se
encuentran los olivos, los higos, los granados, los algarrobos, los
manzanos y los melocotoneros. En Gabes se pueden admirar las hermosas y
diversas flores todas ellas propias de las arenas, de las dunas o de los
lechos arcillosos de los ríos. Hacia el sur de Chott El Djerid se
encuentran algunas plantas propias de las altas mesetas del Serif. Ya en
la zona desértica lo que prevalecen son las dunas, sin ningún tipo de
vegetación.
En cuanto a la fauna tunecina, las especies de gran
tamaño como los leones del Atlas, panteras, avestruces, antílopes oryx,
carneros salvajes o elefantes se han extinguido. En cuanto a las
especies de guepardos, hienas rayadas, ciervos de Berbería y búfalos se
encuentran reducidos a unos cuantos ejemplares y bajo estricta
protección del Gobierno tunecino. En la zona norte en Tabarka y la
sierra de Kroumir habitan jabalíes, zorros, liebres, chacales, gato
salvaje y jineta. En Nabeul y Hammamet se encuentran distintas especies
de zorros, chacales, liebres, codornices y jabalíes. Por el contrario en
las regiones meridionales, zonas desérticas o predesérticas habitan los
fenec, los gerbos del desierto, los temidos escorpiones, las peligrosas
víboras cornudas, numerosas especies de serpientes, el zorreig, al que
temen especialmente los nómadas, y los camaleones. En cuanto al famoso
mono magot sólo puede verse en los chotts meridionales.
Una de
las especies más características y apreciadas por los tunecinos es el
dromedario, introducido desde Asia hace más de 1.500 años, este animal
se ha adaptado perfectamente al medio y es, sin duda, un ejemplar
fundamental en la cultura del desierto ya que la existencia de los
nómadas, por otra parte cada vez más reducida, depende en buena parte de
ellos. De esta especie se aprovecha la piel, la grasa, el agua, los
excrementos para el fuego y la construcción de las chozas, la leche y la
carne, además de ser un inmejorable medio de transporte para atravesar
los áridos desiertos.
Sin embargo, lo más interesante de Túnez es
su ornitofauna, con más de 400 especies de aves. En los lagos existen
multitud de anátidas, limícolas, flamencos o estorninos, que en
primavera crían en las áreas meridionales de los chott. Cabo Bueno acoge
una gran riqueza de pájaros diversos como ratoneros o halcones.
Mientras que las garcetas, los chorlitejos patinegros, los tarros
blancos y las gaviotas viven de manera permanente en Túnez. Las aves
migratorias como las cigüeñas o las golondrinas pasan todo el invierno
en el país. En la época de la migración los cielos tunecinos ofrecen un
espectáculo impresionante con miles de aves volando hacia su destino.
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